jueves, 5 de agosto de 2010

Mejor así


El divorcio le fumigó las certezas.
Las seguridades como cadáveres
comenzaron a emanar
su pestilente destino de archivo,
y fue necesario que el pasado
fuera sepultado sin vacilar
dentro de las cajas como nichos.

Allí quedó atrincherado
su himen papel biblia.
Sobre la cómoda,
una decena de porta retratos
exigentes de nuevos rostros.

Las fotos muertas se amontonaron
en la fosa común del olvido,
creando arquitectónicas Torres de Babel,
que sorprendidas balbuceaban
incongruentes despedidas silábicas.

Cerró satisfechas
aquel convento de clausura
y se detuvo un instante
ante el portal de los posibles.

El divorcio le fumigó las certezas
con premura, para dejarla pisotear,
como una bienaventuranza,
todos los carteles de " PROHIBIDO".



Patricia Agustín

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