Porque uno no va por la vida
buscando campanas rotas de iglesias derrumbadas.
Sin embargo a veces uno llega después del terremoto,
y no hay más que grietas en los muros
y escombros en las calles desoladas.
No vamos buscando
que el trapecista caiga en el intento,
ni que al león famélico de circo
apenas le quede el rugido del desierto.
Esperamos otra cosa,
el esplendor del relámpago germinado,
un sol con los pelos de punta,
un mar de nubes sin tsunami.
Fantástico, me encanta... realmente muy muy bueno.
ResponderEliminarTe dejo mi blog, pasa cuando gustes. Que lo disfrutes o lo padezcas. elpoetaasesino.blogspot.com
Decepciòn pura. Terreno àrido.
ResponderEliminarTe dejo un beso Patricia, te sigo.